Recoge su cabeza del suelo empantanado. Está húmeda, fría, de sus cabellos gotean los rastros de lluvia alguna vez presente. De labios morados, de dientes blancos y temblorosos.
Recoge su cabeza, se la lleva a casa. La abriga en su colcha de retazos y en su bufanda de colores. Le prepara un brebaje caliente, la mima, le cuenta un cuento.
Se duerme junto a ella, abrazándola, sabiendo que de ahora en adelante esa cabeza será solo suya, esa cabeza que tanto le costó recuperar. Ya pronto alguien volverá a robarla, pero él aún no lo sabe.
Monday, August 08, 2005
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