Monday, June 13, 2005

Geografía de la belleza humana

Por que incluso la más atróz de nuestras fealdades
hace parte de nuestra belleza. Por que aquello
que muchas veces resulta desagradable,
es tan solo la belleza huyendo de ser vista.


Cada uno de nuestros pensamientos, nuestras ideas y deseos, hacen parte esencial de quienes somos; son la esencia de todo aquello que nos permite sentir que somos nosotros mismos, un ser único e irrepetible, un ser sin doble, mas nunca un ser completo.

Vagamos por calles, entre sabanas frías, algunas calientes. Pasamos entre colchas de distintos aromas y de una mente a otra llevándonos siempre un pedazo de cada una. Y pasamos de pecho en pecho, siempre dejándolos incompletos, siempre en búsqueda de aquello que nos falta; siempre moldeándonos un poco a imagen de quienes creemos están a nuestra altura colmando nuestro interés, nuestro deseo e incluso llevando al mayor extremo imaginable nuestro libido, borrando por completo nuestro pudor.

Y con la llegada del momento adecuado, abrimos los brazos y con ellos nuestra mente, nuestra alma. Sentimos la armonía latiendo en nuestro pecho y nos mostramos por completo ante dichos seres humanos, únicos e irrepetibles, como nosotros mismos. Los convertimos en privilegiados esperando pacientes, por descubrir quien somos.

Y así, todo lo prohibido, cada una de nuestras ideas y nuestros anhelos, cada uno de nuestros pensamientos, incluso los mas oscuros y obscenos, se revelan. Ya no jugamos a las escondidas, ya no huimos; y con el tiempo nos enamoramos de lo que hemos aprendido.

Descubrimos que lo que realmente amamos de otros no es su belleza, sino la propia. Nos infatuamos con la manera en que nos hacen sentir sobre nosotros mismos, de lo nuestro que está en ellos. Ya lo feo no lo es tanto, se asemeja más a una extraña belleza que no se presta para ser comprendida.

Y en cada oportunidad aprendemos un poco mas de nosotros. Recogemos trozos ajenos encontrados en el camino y aprendemos más de cada quien a nuestro alrededor. Reunimos cada hallazgo y formamos una especie de croquis, al principio un tanto confuso. Lo moldeamos, lo doblamos, borramos algunas partes y las rellenamos con otras.

Poco a poco viajamos entre ese espacio sin forma, lo recorremos con atención, descubriéndolo, reinventándolo ante la más mínima oportunidad de hacerlo.

Y vamos descubriendo nuestras propias bellezas, unas más que otras, pero todas bellas y con ellas las bellezas de otros encontradas también en las propias, sin saber nunca si encontraremos el punto final de todo aquello que conforma nuestra geografía de la belleza humana.

0 comments: