Wednesday, June 22, 2005

Todo lo que existe bajo el cielo (Parte uno)

Tres fragmentos de algo más grande que todavía no existe. Esta es la primera parte.

No solo gritaba en cuanto la dejaban sola cada noche en su habitación, también se aferraba a sus almohadas y las apretaba contra su rostro lo más fuerte posible para que nadie la pudiese escuchar, para que nadie supiera que también ella era débil.

Y bajo el mismo cielo se encontraba Mikaela, quien pasaba sus días buscando quien le pudiera responder una sola pregunta; y todos los días se acostaba con el corazón intacto.

En cuanto aflojaba sus manos y ya la garganta le ardía de tanto gritar, se daba cuenta que no había sido suficiente, que aún seguía con vida, y no es que Katalina tuviera tendencias suicidas, es solo que siempre imaginó que algún día se le iba a pasar la mano.

La pregunta de Mikaela no era algo sumamente difícil, es solo que nunca había encontrado alguien que le diera una respuesta con la cual se sintiera satisfecha, una co0n la que sabría que esa persona la haría sentir como si todo lo que existe bajo el cielo existiera solo para ella.

Una mañana, Mikaela amaneció muerte en su cama. Parecía haberse asfixiado y por alguna razón, que los adultos nunca entendieron, su garganta estaba severamente lastimada, como si hubiese gritado durante toda la noche.

El mismo día, Katalina, quien apenas la había conocido el día anterior, asistió a su funeral. Se acercó al ataúd de su recién encontrada amiga. Lo abrió, se inclinó sobre el cuerpo y le susurro al oído.

- No lo olvides.

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