Tuesday, February 28, 2006

¿Qué le sigue a los techos?

Es la historia de un canguro, rimbombante y resonante, que salta entre los techos de un pueblo al sur este de por ahí.

Es la historia de un preso, aturdido y olvidado, que se postra en las baldosas frías de una celda cerca de más allá.

El canguro salta sin control o freno alguno, no importa su cansancio, ni el agotamiento de sus patas, mucho menos el frenético latir de su corazón. Salta sin pausa y con mucha prisa, siendo eso lo único que verdaderamente sabe hacer sabe hacer.

El preso se sienta sin afán de ponerse en pie. Se pone de pie sin afán de volverse a sentar. Piensa y espera, espera sin mucha ansiedad, siendo eso lo único que verdaderamente sabe hacer.

Saltos sobre los techos, suspiros que dan sobre barrotes demasiado delgados. Patas agotadas, mentes absortas. El canguro se pregunta ¿Qué le sigue a los techos? El preso se cuestiona ¿Qué más tendrá el mundo?...

O quizás no es esta la historia, quizás la historia trata sobre un canguro, rimbombante y resonante, postrado en las baldosas frías de una celda cerca de más allá; sobre un antiguo preso que salta tranquilo y sin afán, entre los techos de un pueblo l sureste de por acá.

Quizá, quizá… la verdad es que nunca nadie jamás lo sabrá.

Friday, February 17, 2006

El Cielo y El Infierno

Sacado de una película "The wisdom of crocodilles"

Bajó al infierno en cuanto cerró sus ojos y se dispuso a dormir, había tenido una dia dificil y cayó rapidamente en un sueño profundo. Al llegar, notó que aquel sitio, tan comunmente imaginado como oscuro y con llamas de fuego por doquier; con gritos inhumanos de hombres y mujeres sufriendo una y otra vez el desmembramiento de sus cuerpos, gente carcinandose hasta los huesos y alaridos de perros de tres cabezas aguardando a la siguiente victima que intentará escapar, era completamente diferente.

Era un salón inmenso sin principio ni fin, en lugar de llamas, estaba alumbrado por candelabros de seis velas que se encontraban por todo el lugar y en el centro había una gran candelabro colgante con 216 velas. En lugar de gritos inhumanos y alaridos de bestias, estaba ambientada con una musica digna de las sirenas de odiseo.

En el centro del salón se hallaba una mesa tan extensa como el lugar, sin principio ni fin. Sobre ella había un banquete espectacuylar, lo que cualquier mente humana pudiera imaginar,ahí se encontraba y si no, al imaginarlo, entonces aparecía. El lugar estaba rebosando de personas condenadas a ese lugar durante toda la eternidad.

Entonces se acercó a uno de los letreros que colgaban en diferentes puntos del salón, estba empolvado,lo limpió con el revés de su manga y leyó: "Nada de lo que se encuentra en el banquete podrá ser ingerido sin el uso de los palillos de 3 metros y medio".

Entonces, comprendió el gesto de agonía en los rostros de aquellos condenados a morir de hambre durante toda la eternidad, comprendió la magnitud de su infierno.

Luego de un rato subió al cielo. Para su sorpresa, encontró que el cielo era exactamente igual al infierno. Era el mismo salón gigantesco sin principio ni fin, estaba alumbrado por candelabros y había un gran candelabro colgante, la musica era del mismo estilo y el banquete igual, aunque los candelabros eran de siete velas y el colgante tenia 343 velas.

Entonces, se acercó a uno de los letreros que se encontraban en diferentes puntos del salón, estab empolvado, lo limpió con el revés de su manga y leyó:"Nada de lo que se encuentra en el banquete podrá ser ingerido sin el uso de los palillos de 3 metros y medio".

Miró a su alrededor, entonces, comprendió la diferencia entre el cielo y el infierno.Observó que en el cielo todas las personas se alimentaban entre sí.

Saturday, February 04, 2006

…de cómo vivió sin saber lo cerca que estuvo

Contempla su barriga con detenimiento mientras piensa. No piensa sobre muchas cosas, solo sobre unas cuantas, la mayoría sin mucha importancia; algunas cosas son recuerdos de momentos olvidados en tiempos memorables, otras son el fruto de un exceso de tiempo sin frontera, de una inseguridad no tan marchita con el paso de los años y un dolor de cabeza que le impide recordar que aun no está del todo viva.

Contempla su barriga y lo hace con pausa, como si el tiempo del mundo hubiese dejado de existir o como si obedeciera a sus caprichos neonatos aun en formación. Se mira y dice para sus adentros “Barriga”, “Panza”, “Pipa” y se pregunta ¿Cómo? Y se responde ¿MMM?

En el fondo sabe que la respuesta carece de importancia, que lo verdaderamente importante es que así es, que no importa el como y mucho menos el por qué, quizás el para que si es un tanto relevante, pero no demasiado. Aún así, se mira asombrada y sigue acariciando su barriga, imitando lo único que sabe imitar, imitando lo único que logra sentir fuera de si misma y que sabe con seguridad, así no sepa por que lo sabe; pero eso no es lo importante, lo único que realmente importa es que lo sabe y eso no más, le resulta suficiente.