Tuesday, February 28, 2006

¿Qué le sigue a los techos?

Es la historia de un canguro, rimbombante y resonante, que salta entre los techos de un pueblo al sur este de por ahí.

Es la historia de un preso, aturdido y olvidado, que se postra en las baldosas frías de una celda cerca de más allá.

El canguro salta sin control o freno alguno, no importa su cansancio, ni el agotamiento de sus patas, mucho menos el frenético latir de su corazón. Salta sin pausa y con mucha prisa, siendo eso lo único que verdaderamente sabe hacer sabe hacer.

El preso se sienta sin afán de ponerse en pie. Se pone de pie sin afán de volverse a sentar. Piensa y espera, espera sin mucha ansiedad, siendo eso lo único que verdaderamente sabe hacer.

Saltos sobre los techos, suspiros que dan sobre barrotes demasiado delgados. Patas agotadas, mentes absortas. El canguro se pregunta ¿Qué le sigue a los techos? El preso se cuestiona ¿Qué más tendrá el mundo?...

O quizás no es esta la historia, quizás la historia trata sobre un canguro, rimbombante y resonante, postrado en las baldosas frías de una celda cerca de más allá; sobre un antiguo preso que salta tranquilo y sin afán, entre los techos de un pueblo l sureste de por acá.

Quizá, quizá… la verdad es que nunca nadie jamás lo sabrá.

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