Alguién

Bajas tus manos y se pierden entre tus labios. No sabes que te observo, no sabes que lo hago desde que tengo nueve años. Contemplas quien eres deseando siempre que te contemplen, mas tu deseo no pasa de ser lo que ya es.

Aprietas con fuerza tus dientes. Tu abdomen se contrae. Transpiras un poco. No sabes si gritar o gemir; haces ambas cosas.

Te ubicas de lado con respecto de adonde te observo, me enoja no poder ver como juegas, pero a cambio me enredo entre tus aullidos. Cierro los ojos, imagino lo que tantas veces he visto, mas bien lo recuerdo, pero siempre un poco distorsionado.

Pienso en el día en que tengas a alguién que te contemple. Aún estaré observando, deseando siempre estar más cerca, pero jamás haciendo algo por lograrlo.

Ya pronto terminarás y, como siempre, te acostarás sin lavarte las manos. Tu entrepierna estará humeda, al igual que mis sueños. Apagarás la luz y cerrarás los ojos. Cansada, dormirás un sueño profundo. Yo continuaré en el rincón, observando, vigilando, esperando paciente a que alguien venga por mi; alguien a quien le haga falta y se acuerde que me extraña.