Nada

En el principio todo era oscuridad. La nada era lo único que existía. Nada había arriba, Nada había abajo, tanto así que no se distinguía ni un arriba ni un abajo, pero a nadie le importaba por que no había nadie a quien la Nada pudiera afectar.

Entonces Dios, al ver a la Nada tan aburrida, decidió que era tiempo de crearle una compañía, y creó miles de galaxias y una vía Láctea, creó agujeros y nebulosas, planetas y satélites que los acompañara, soles que brillaran por millones y millones de años y creó cuanto ser pudo imaginar.

Seis días después, al considerar su obra terminada, en donde había solo oscuridad, ahora reinaba la luz, en donde no existía nadie a quien la Nada pudiera molestar, estaba ahora rebosando de seres,. En donde antes había Nada, ahora había de todo. Parecía no quedar nada de Nada, la Nada ya no existía.

Entonces Dios se sintió aliviado. Había cumplido con su misión, había creado una obra digna de si mismo y decidió que en el séptimo día debía descansar, como de hecho lo hizo. Y descansó durante millones y millones de años.

Por fin había logrado acaparar por completo la atención de la Nada, estaba tranquilo por que solo a él, y nadie más que a él, Nada lo podía molestar. Al parecer había logrado dejar todos sus problemas atrás, en algún lugar de todo lo que había creado.